Un estudio del Pastor Stanley Templenton
Dios Condena y a la Vez Aprueba el Consumo de Vino.
La Biblia usa diferentes términos en referencia a bebidas del fruto de la vid. Algunos de ellos en Hebreo son: "yahyin", "tiyrosh", "mamcak", y "chazaq". Hebreo es el idioma original del Antiguo Testamento. Estas palabras están traducidas en castellao como: "mosto", "sidra" y "vino". La palabra "oinos" en Griego aparece 33 veces en el Nuevo Testamento y se traduce "vino". Griego es el idioma original del Nuevo Testamento. La palabra más común en toda la Biblia es "vino".
El mosto se refería siempre a jugo de la vid y nunca a una bebida fermentada. Vino puede referirse a jugo de la vid o una bebida fermentada. Sidra es vino más concentrado y fuerte, sea jugo o sea fermentada. Ambos (vino y sidra) pueden ser cualquier de los tipos de bebida.
El Vino como una Bendición que Es Aprobado y Provisto por Dios.
En algunos pasajes de la Palabra de Dios es obvio que Dios bendice el vino. En estos pasajes Dios considera el vino como algo agradable que su pueblo debía disfrutar sin reserva alguna. Consideremos algunos de ellos en el Antiguo Testamento.
Proverbios 3.10 dice que Dios bendecirá a la persona que le honra con sus bienes y le pone en primer lugar con lo que tiene. Esa bendición está expresada en lenguaje figurativo. Dios dice que hará que los lagares de este creyente rebosen de mosto. Bastante mosto en una bendición de Dios por obedecerle.
Salmo 104.14-15 dice que debemos alabar y bendecir a Dios por todo lo que ha hecho y hace. Entre las maravillosas cosas que hace es la de producir vino que alegra el corazón del hombre.
Deuteronomio 33.28 dice que la bendición incluye paz, seguridad, grano, vino y rocío.
El Vino como una Tentación que Es Condenado y Prohibido por Dios.
En otros pasajes es obvio que Dios condena el vino. En estos pasajes Dios considera el vino como algo que corrompe al hombre. Lo condenaba y advertía de las terribles consecuencias de tomarlo. Consideremos algunos de ellos en el Antiguo Testamento.
Proverbios 20.1 dice que el vino es escarnecedor y la sidra es alborotadora. Cualquier persona que yerra por ellos no es sabio.
Proverbios 23.29-35 advierte que el vino trae muchos males. Todas las consecuencias de tomar el vino son negativas. El versículo 31 nos manda que ni miremos al vino.
Habacuc 2.15 nos instruye a no dar de beber a muestro prójimo. Ofrecer bebida a otro trae la maldición de Dios.
Según el autor Robert Teachout, la palabra "yahyin" se encuentra 141 veces en el Antiguo Testamento. De estas veces, 71 se refieren a jugo fresco de la vid que es bendecido por Dios y 70 veces significa bebida alcohólica que es contra la voluntad de Dios.
Las Solucciones para Explicar la Paradoja.
Esto da la impresión que Dios se contradice. ¿Cómo puede Dios animarnos a tomar y disfrutar vino, proveerlo para nosotros como una gran bendición y luego condenar con palabras radicales en el mismo libro el consumo de la misma bebida que Él provee? Por un lado la bebida es una bendición que Él mismo provee y ofrece. Por el otro lado es una tentación y pecado que Él prohibe.
¿Qué hace Dios diciendo tales cosas? ¿Es su propósito confundirnos? ¿O estaban confundidos los autores humanos de su Palabra? Tales preguntas son necias, porque sabemos que Dios no se contradice ni tampoco está confundido. Pero sabemos que hay personas que tuercen la Biblia y la interpretan a su manera. Ellos quieren que la Palabra de Dios diga lo que quieren hacer y sus interpretaciones revelan sus propios deseos inmundos con que interpretan la Biblia. (2 Pedro 3.15-16)
También si no entendemos la Biblia o no la entendemos correctamente, el problema reside en nosotros y no en la Palabra de Dios. Su Palabra es pura y debemos partir de ese punto. El ser humano tiene que ser humilde y acercarse a Dios con un espíritu de sumisión dispuesto a obedecerle.
Entonces, ¿cómo podemos entender lo que Dios quiere enseñarnos? No debemos dejar que nuestras pasiones pecaminosas interpreten la Biblia. Por el contrario debemos acercarnos en humildad para ver lo que Dios realmente quiere decirnos y ajustar nuestras vidas a ella. No debemos acomodar la Biblia a nuestro modo de vivir sino cambiar nuestras vidas y hacerlas conforme a ella, que es la regla perfecta y el estándar de Dios mismo. Por eso debemos dejar que la Biblia se explique por sí misma. Hacemos eso comparando la Escritura con la Escritura.
Sabemos que Dios no se contradice. Entonces, tenemos que estudiar su Palabra para entender lo que Él quiere decirnos. Para resolver este problema, se presentan dos soluciones. Estudiaremos las dos, sin embargo, solo una es correcta.
La primera solución dice que la clave en entender la paradoja de Dios la cual se encuentra en la cantidad de la bebida que se consume. Los que creen y enseñan tal posición declaran con toda confianza que si uno "toma un poco de vino" está bien.
La idea aquí es que la cantidad que uno consume es lo que hace que la bebida sea mala o buena. Si la persona sabe medirse y se controla, no hay nada malo. Si la persona toma demasiado puede emborracharse y eso es pecado. La interpretación es: si la persona toma moderadamente, Dios lo aprueba con su bendición. Sin embargo, si la persona toma demasiado, es un pecado y Dios lo condena. Según este pensamiento, la bebida no es el problema sino la exageración y el abuso de ella. La clave es moderación en la cantidad de consumo.
Hay varios problemas con esta explicación de la Escritura. Uno es que algunos quieren tomar un poco más que otros y "un poco" queda a la interpretación de cada uno. Si la determinación de cuánto es "poco" y cuánto es "demasiado" está hecha por él que bebe, vemos un gran peligro. Dejarlo al criterio de la persona produce un estándar que varía según el gusto que esa persona tenga hacia las bebidas alcohólicas. Sabiendo que tenemos tantos problemas con el dominio propio y con la bebida alcohólica, si la clave es en la cantidad que uno toma, ¿por qué no está más clara la Palabra de Dios? ¿Por qué no nos da Dios una guía exacta para saber cuánto está bien y cuánto está mal?
Un segundo problema con esta posición es que hay pasajes en la Biblia que enseñan que el tomar vino es totalmente aprobado por Dios y trae su bendición sin reserva alguna. Debemos tomar el vino y disfrutarlo hasta lo máximo llenándonos con él. Mientras en otros pasajes, vemos que el tomar vino en la menor cantidad es totalmente desaprobado por Dios y trae su maldición. La Biblia nos prohibe aún mirar al vino.
Esta posición no puede ser la correcta porque es inconsistente. No nos explica los versículos que nos animan a tomar mucho ni por qué no podemos llenarnos con el vino. Tampoco nos explica las prohibiciones en la Palabra de Dios de no tomar nada de él. La cantidad que uno consume no puede ser la solución para entender lo que Dios nos enseña y quiere en nuestras vidas. Esta posición o solución al problema de la paradoja en la Biblia debe ser rechazada.
La segunda solución dice que la clave en entender la paradoja de Dios se encuentra en la definición de los términos de la bebida que se consume. Un estudio de la Biblia revela que la Palabra de Dios usa las mismas palabras para dos diferentes tipos de bebida. Un uso es el jugo fresco de la uva que refresca. Hay otro uso que es el jugo fermentado de la uva que emborracha. La única manera de distinguir entre los dos usos es por el contexto del pasaje. Cuando la Biblia habla del mosto, vino o sidra que provee y aprueba Dios, es el jugo fresco y no fermentado de la vid. Cuando la Bibla habla del vino y sidra que Dios condena y prohibe, es el fruto de la vid que se ha fermentado y es alcohólico.
Al ver que la clave para entender está en descubrir el significado de la palabra "vino", entendemos que Dios habla de dos diferentes bebidas. Una es el jugo de la uva que refresca. Esta lleva la aprobación y bendición de Dios. La otra es la bebida alcóhoica que emborracha. Esta lleva la condenación y maldición de Dios.
La única manera de saber cual es el significado que Dios usa en un texto es por el contexto de ese pasaje. Queda con el lector de la Palabra de Dios discernir y descubrir el verdadero significado de la palabra por la manera en que se usa ella. No debemos interpretar la palabra en la manera que queremos que sea sino buscar su verdadero significado como Dios lo ha usado.
Hoy en día tenemos palabras que llevan más de un significado. Un ejemplo es la palabra "llama". Usaré la palabra en tres diferentes maneras y el lector puede interpretar con precisión el verdadero significado sin que alguien le explique. Doy tres ejemplos.
1. "Tu amigo te llama por teléfono." Es obvio en esta oración que la palabra "llama" significa convocar con el deseo de comunicarse. El amigo desea conversar.
2. "La llama de la vela prendió la cortina y causó un encendio." Es obvio que la palabra "llama" significa fuego; lo que bota el fuego.
3. "El quiere tomar una foto con la niña encima de la llama." Es obvio que la palabra "llama" significa un animal o bestia de cargo.
Podemos dar otros ejemplos de palabras con doble o triple significados. La palabra "vino" en la Biblia carga dos significados: bebida de la vid fermentada y no fermentada. Por el uso de la palabra en su contexto el lector puede discernir. Es muy similar a la palabra "chicha". Cuando visito a una familia en nuestra iglesia y la señora me ofrece chicha, sé sin preguntar que es una bebida no alcohóica o fermentada. Por conocer a la familia, su testimonio y amor al Señor, sé lo que me van a ofrecer cuando me sirven chicha. Sin embargo, hace unos años que me fui a la casa de un inconverso con una vida desordenada. Recién estabamos llegando a conocernos. Tomaba y servía toda clase de licores, cervezas, vinos y bebidas alcohólicas. Cuando me servió chicha, le pregunté que era. Me dijo con una sonrisa: "Es chicha. Tómelo no más." Me preocupó su sonrisa. Le pregunté si era chicha fermentada o alcohólica. Me respondió con la misma sonrisa: "Es chicha, Pastor. Tómalo no más." Insistí en que me aclarara si era fermentada. Al fin cuando comprendió que no iba a tomarlo sin que me contestara la pregunta me informó que sí era fermentada. Sospeché eso por su modo de vivir.
En ambos casos discerne el significado de "chicha" y si era fermentada o no por contexto de la situación. Conociendo la vida y el modo de vivir de las personas que ofrecieron la chica, se entendió lo que era la bebida. Eso es un ejemplo preciso de lo que podemos hacer con la palabra "vino". Para el alumno sincero y diligente, puede aprender el significado de la palabra cuando estudia bien el contexto.
Cabe decir que necesitamos estudiar lo que Dios dice sobre el vino fermentado y el jugo de la vid. También estudiar la persona misma de Dios, lo que Él es y lo que pide y espera de nosotros. Estudiando eso nos guiará para discernir mejor. Los que tuercen la Palabra de Dios y la mal interpretan son las almas inestables que no conocen al Señor y siguen sus propios deseos. Primero es preciso estudiar lo que la Biblia dice en cuanto al vino y cuando ella usa la palabra como una bebida alcohólica.
8 comentarios:
Que buena explication.....queda muy Claro. Dios Lo bendinga pastor
Exelente, la mejor respuesta q he encotrado
Me encanta su explicación, para discernir la palabra de Dios hay que pedir sabiduría de lo alto y no en nuestra,humana opinion
Dios lo bendiga pastor, por esta excelente herramienta...
gracias de verdad por esta corta enseñanza pero muy clara.
Muy buena explicación pero siempre he tenido una duda en 1Tim 3:8 en los requisitos de los diáconos les dice que no sean dados a mucho vino.... A que vino se refiere si no es fermentado por qué los limita y si es fermentado por qué se les permite . Dios le pague .
Exelente pastor Dios lo bendiga!!!!
La Biblia dice que el primer milagro del Señor Jesus fué convertir el agua en vino, obviamente que es muy profundo éste pasaje, pero podria haberlo convertido en jugo de uva...
La Biblia dice "vino". Aqui el Señor no se puso a explicar nada, era vino y punto. Y del mejor, según el maestresala.
La Biblia nos enseña a NO embriagarnos ni con vino ni con sidra, no dice "prohibido" beberlos. Dios nos da libre albedrío y decea que lo honremos voluntariamente.
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