LO QUE ENSEÑA LA BIBLIA SOBRE
LA BEBIDA ALCOHOLICA-Parte 7
Estudio del Pastor Stanley Templenton
El Testimonio de Stanley Templeton.
Hay algo más importante que la bebida en el estómago y eso es Cristo en el corazón. No tengo deseos de tomar. Estoy contento y satisfecho con el agua viva. Cristo me sacia y no necesito un estímulo externo. Cuando estoy triste, en dolor y con pena, Él me ayuda. No necesito licor para olvidarme de mis penas, para divertirme cuando estoy aburrido o para alegrarme cuando me siento sólo. Encuentro todo lo que necesito en Jesucristo.
Tampoco tengo deseo de discutir con otros sobre lo que enseña la Biblia. No creo que la Biblia es para discutir sino para obedecer. La discusión sólo trae división que desagrada a Dios. El estudio de su Palabra con corazón humilde trae luz y le agrada.
No creo que sea muy difícil ver las serias consecuencias que la bebida alcohólica trae. Al salir unos metros de mi casa puedo observar cada día la malcriadez de personas ebrias. En vano los vecinos hablan a los que toman, pidiendo que no hagan sus necesidades fisiológicas en las paredes de su casa. Si paredes manchadas y repugnantes fueran el único mal que sufrimos, pues, sería feo y vergonzoso pero quizá soportable.
Personalmente, tengo una gran lucha en mostrar dominio propio. No deseo tomar ninguna bebida alcohólica porque necesito toda la ayuda posible para crecer en este área de mi vida. Tengo suficientes problemas en mostrar amor y paciencia sin complicar mi vida con tal problema.
No soy el único en tener problemas con dominio propio. Tres veces mi carro ha sido chocado por un vehículo conducido por un chofer que estaba ebrio. En cada situación, si el chofer no estubiera en ese estado, no hubiera tenido ningún problema en evitar el accidente. Por los efectos de la bebida, me chocaron en las tres ocasiones. En una de ellas, el chofer estaba tan ebrio que fue imposible dialogar. Pagué por todo el daño que hizo a mi carro. En otra ocasión uno de los pasajeros en estado de embriaguez salió de su carro y orinó en la llanta de mi carro. En la tercera, el chofer no tenía brevete ni tarjeta de propiedad y por si fuera poco el carro que manejaba no era de él Pero el daño que he sufrido es nada en comparasión a la hiel que otros han saboreado.
Conozco a personas que recuerdan con lágrimas a sus seres queridos que perdieron por la culpa de un chofer ebrio. El chofer puede hacer mil promesas de nunca más tocar ni una gota de cerveza y cumplir su promesa pero nada hará volver la vida de esa persona. Conozco a matrimonios que han sido destruidos y el licor contribuyó bastante a su destrucción. ¿Cuántas señoras se acuestan en la noche llorando mientras palpan la foto de un un marido que una vez conocieron? Conozco hijos que sobrellevan una gran carga y dolor en silencio por el maltrato que recibieron de padres que fueron controlados por el licor. Las cicatrices emocionales y físicas que tienen hasta la fecha estarán guardadas hasta el día de su muerte. Conozco hombres que han perdido sus trabajos por faltas cometidas en el trabajo mientras estaban bajo la influencia del licor. Luego malgastaron lo último de su dinero sólo para comprar más del vicio. Conozco damas que lloran amargamente porque perdieron su pureza moral en un momento al no tener control sobre sus facultades debido al licor y fueron aprovechadas. ¿Cuántos hijos han sido concebidos fuera del matrimonio pero nunca queridos pues pasó debido a la intoxicación? Conozco a personas que pasan las horas del día sollozando desesperandamente guardando el deseo de estar libres de la esclavitud de la botella. Muchos maldicen el día que nacieron mientras echan otra copa derramando más vino en la mesa que en la copa por la culpa de sus manos que tiemblan; quieren dejarlo pero no pueden. El daño a la sociedad, la familia y la iglesia es tanto que me urge llevar una vida limpia de la bebida lo cual destruiría la vida de las personas que amo.
El efecto irreparable que dejan los colmillos de esta bebida venenosa, luego de morder es terrible. La muerte y dolor son la consecuencias de todas las vidas que el licor toca. No puedo olvidar la penosa experiencia de un amigo íntimo, me contó sobre un accidente automobilístico que su novia tuvo.
Ella estaba manejando cuando un señor en otro carro le envistió con una gran violencia. El impacto fue tan fuerte que le quitó la vida instantaneamente. El chofer de ese carro estaba ebrio. Salió ileso y estaba sentenciado a recordar lo que hizo por el resto de su vida. ¡El accidente sucedió un día antes de la boda de ellos! El pueblo fue conmocionado e hizo un monumento en memoria a la novia. Pero nada pudo consolar a mi amigo, ni siquiera el monumento.
Aún años después de su muerte, lo recordaba y transmitía con emoción el intenso dolor que sentía a través de sus ojos lagrimosos y una voz quebraba mientras lo relataba como si hubiese sucedido ayer. El tiempo no borró la memoria de lo que hubiera sido si no fuera por ese accidente. Nada quitó el intenso dolor que él cargaba en silencio mientras se iba día tras día sollozando en su corazón. Solo Dios sabe lo que sentía.
Años han transcurrido desde ese día y me gustaría decir que eso es la única vez que escuché una experiencia como esa. He escuchado muchas más experiencias y ¿cuántas más hayque escuchar?. Cincuenta mil personas pierden su vida cada año en los Estados Unidos por accidentes automobilísticos por la culpa de choferes ebrios. Esta es la misma cantidad de soldados que murieron en todos los años de la guerra de Vietnam. ¡¿Y cuántas vidas se pierden en el Perú?!
Doy gracias a Dios que fui enseñado a no tomar. Antes de convertirme, mis padres me animaron a abstenerme de tomar. Todos mis pastores que me predicaron la Palabra de Dios han enseñado una abstención total de la bebida. Nunca he probado ninguna bebida alcohólica y alabo a Dios por haberme guardado de los mil males que trae el licor. Nunca he tenido pena por no probarlo. Al contrario, cada vez que veo a una persona tomar, me da pena por él o ella.
Doy gracias a Dios por darme una esposa que nunca ha consumido ni una gota de alguna bebida alcohólica. Eso es debido a la gracia de Dios que ha obrado en su vida desde la niñez. Ella nunca me ha animado a considerar probar alguna bebida sino al contrario me ha sido ejemplo y me motiva a crecer en dominio propio.
Es la oración de mi esposa y de su servidor que Dios nos protega de esta tentación. Oramos también que sigas el mismo camino de la santidad y la piedad.
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